Anuncio hecho a María... a nosotros. Hay algo nuevo aquí: escuchar, tocar, ver, reconocer. El dogma de la Inmaculada Concepción no está formulado aquí, pero aparece como una experiencia de fe.
¿Qué ha pasado, pues, en Nazaret entre Dios y María? Esto: el Verbo que viene al mundo, a Nazaret en Galilea, verdadera Luz, ilumina a María. No es algo que se anuncie por primera vez, es ella la que se revela inmaculada para ser nombrada, personalizada, destacada por Dios. La Palabra está aquí por su propio bien, porque esta mujer está completamente libre de problemas, vacía: inmaculada para ser plena, llenada. Libre de todo temor: ella misma está en la verdad. Dice: yo, en Nazaret. En esta casa, la Palabra es bienvenida, es recibida. Viene a vivir en ella: casa de su Nombre.
A esta fe inmaculada -sin cálculo, sin fallos, sin vacilación- se le da la salvación en persona: Jesús Salvador. Por Él, con Él y en Él, María recibe el poder de nacer, de nacer de lo alto (Jn 3,3): este poder de convertirse en hijo de Dios (Jn 1,12) me parece que es el contenido mismo de la fe vivida por la Inmaculada Concepción.
Por gracia, ella ha recibido vivir su existencia humana como una filiación nunca interrumpida, ni desviada o corrompida. María es inmaculada no mágicamente, sino en este devenir humano de perfecta correspondencia y de total apertura a la Gracia. Este ser inmaculada nunca es una imagen de sí misma, un desdoblamiento idolátrico. Simplemente existe por gracia: inmaculada de ser amada, inmaculada de ser observada.
Así que propongo una palabra más para hacernos sentir lo inaudito de este momento renovado de inmaculada concepción. María 'ingenua': toda su vida: ingenua, es decir, siempre, nacida libre. ¡Qué felicidad para Dios! Una libertad para Él. María ingenua, sí, pero sin pensar. Su ingenuidad no es una pereza de la inteligencia. ¿Cómo va a ser eso? Su ingenuidad la mantiene muy cerca de la Palabra hecha carne... de Caná hasta la Cruz, es inmaculada por estar con Jesús […]: comprometida con él en este Proceso que el mundo le presenta. María ingenua: nacida libre por su Hijo elevado, crucificado y glorificado. Todo el amor con que el Padre ama a Jesús pasa a ella y a María Magdalena y... a cada uno, cada una: discípulo. A partir de esta hora, el discípulo la tomó en su casa: María ingenua es solidaria y fuente de libertad.
Hermano Christophe, extractos de la homilía para el 8 de diciembre de 1995