Miqueas dijo ¡Él mismo será la PAZ! Lo hemos visto y escuchado en estas últimas horas:
- Estos, dejad que se vayan
- Devuelve tu espada a la vaina
- Mi realeza no es de este mundo : tendría guardias que…
Y ahora, la PAZ ha muerto.
¡Cuando digo Paz, ellos dicen guerra! (Sal 120, 7)
No han descubierto el camino de la paz. (Rm 3, 17)
Miremos detenidamente... esta paz crucificada, desgarrada:
- [… ] Evoca a Isaías y el cántico del SIERVO. Nuestro castigo que consigue la PAZ cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
- Evoca a Simeón ante el niño. ¡Puedes dejar a tu siervo irse en PAZ !
- El CORAN: Que la paz esté con vosotros porque habéis sido CONSTANTES (Sura 13, 24).
- Hace RESURGIR en nosotros las últimas palabras las últimas palabras que hemos escuchado en las últimas horas: Os dejo la PAZ, os doy mi PAZ. No la doy a la manera del mundo.
Una realeza que no es de este mundo.
Una PAZ que no es de este mundo.
Os he dicho estas cosas para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo tendréis apreturas, pero, ánimo, que yo he vencido al mundo. (Jn 16, 33)
La paz habitaba en este corazón… pero este corazón está abierto a nosotros; a nosotros nos corresponde habitar en él.
Hombres que no son de este mundo (pero en el mundo). Locura de la Cruz, locura de la Vida. No, no está muerta, VIVE: un aliento nuevo.
MARÍA: ¡Canta la Paz que atraviesa tu alma!
Las falsas paces mueren aquí. Las de nuestros armisticios, de nuestras cobardías cómplices, de nuestros equilibrios precarios, falsos. Esta es la PAZ de otra manera…
H. Christian, extractos de la homilía para el Viernes Santo, 28 de marzo de 1986