Vous êtes ici...

au fil liturgie vendredi saint 2013

1- La PAZ irrumpe.

Por otra parte, viene, como un aumento de luz, un aumento de sentido, un aumento de vida, un aumento de comunión. […]

La Paz desafía toda lógica humana, al igual que la Resurrección. De la enseñanza de Jesús se retuvo la Cruz… sin ir hasta el tercer día: el de la PAZ del Resucitado. ¡La PAZ esté con vosotros!

Jeremías había prevenido: “Yo conozco mis designios de PAZ sobre vosotros: designios de prosperidad, no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza” (Jr 29,11). Habíamos puesto una cruz sobre este futuro. Ahora nos dice San Pablo (Flp 4,7): “así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiará vuestra mente y vuestros pensamientos mediante el Mesías Jesús”. Sabréis, sabemos «QUÉ PENSAR» y la Iglesia nos invita a repetirlo en una profesión de fe.

El ABSURDO no es lo que se cree…: aquí, buscar entre los muertos a Aquel que está VIVO. Igual de absurdo es buscar la Paz con nuestros propios medios. Es que todos somos más o menos muertos en suspenso, porque nuestros medios siempre son más o menos armas. Dejemos que la paz irrumpa como la Vida, y comulguemos con la gracia que se nos ha dado en el Bautismo. “Yo haré derivar hacia vosotros, como un RÍO, la paz” (Is 66, 12).

2- No lo olvidemos, esta Paz, toda Paz es fruto de una derrota. Como la Resurrección es fruto de una muerte. Derrota de nuestra lógica, de nuestras pequeñas suficiencias, de nuestras armas, de nuestros medios, de la misma muerte. ¿Estamos dispuestos a resurgir con Cristo? Contribuyamos a la derrota del Adversario de nuestra Paz. Todo tratado de Paz con Satanás y su partido nos pone en guerra con nosotros mismos, con los demás, con Dios. Aceptemos colaborar decididamente en la derrota del pecado, y capitulemos en las manos de Aquel que es PAZ.

3- La Paz en la que entramos es un esfuerzo y no un éxito, una esperanza y no un estado. Nos ha sido dada para CREER... y siempre estará suspendida de nuestra fe en la Resurrección. No es «llegada», aunque tenga un rostro, el del Resucitado que se oculta. Es un ARTE, un trabajo que hacer, una cooperación de contexto ilimitado. Pero la obra de arte sólo existe en el corazón de la inteligencia de Dios. Nosotros profesamos que existe, y he aquí que al hacer obra de paz, contribuimos a formarnos, a recrearnos como hijos de Dios, haciendo visible al Hijo,… y vivos.

F. Christian, extractos de la homilía para la Vigilia Pascual, 29 de marzo de 1986