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Gracias por seguir pensando en nosotros, en medio de los acontecimientos de Argelia. Una religiosa y un religioso fueron asesinados. No hay tregua para la violencia. ¡Somos como el pájaro en la rama, listos para volar a otros cielos! Un cielo nuevo y una tierra nueva. Dondequiera que vayamos, dondequiera que estemos, Dios nos acompaña. Dios no está contra nosotros, sino con nosotros. Cuando desembarquemos de este planeta, aún inmersos en nuestras preocupaciones terrenas, no tendremos miedo, porque al cruzar el angustioso umbral de la muerte, encontraremos a Cristo que nos introducirá en la casa del Padre. (Carta del 25 de mayo de 1994)

Mientras hagamos de nuestra vida un objetivo en sí mismo, no hay razón para vivir, porque todo termina en la muerte. En Cristo descubrimos el sentido profundo de nuestra vida. Lo que Dios pide es que confiemos en Él y en Cristo. (Carta de enero de 1994)

Aquí hay confusión y violencia. Estamos en una situación de riesgo, pero persistimos en la fe y en la confianza en Dios. Caminamos con el Señor. Él nos indica el camino, por la pobreza, el fracaso y la muerte es por donde vamos hacia Dios. (Carta de abril de 1994)

Orad por mí para que el Señor me mantenga en la alegría. Una vez más, nuestra región está inmersa en los horrores de la violencia. Dios no quiere la desgracia. Él está con las víctimas. Dios con nosotros. Puedo continuar mi actividad. No sé cuándo y cómo terminará esto. Orad por mí. (15 de marzo de 1996)

Aquí la situación se ha vuelto inquietante, tal vez el futuro sea peligroso... La muerte... sería un testimonio del absoluto de Dios. (Carta del 17 de noviembre de 1993)

Antes de que el Señor me lleve con Él, pido que la paz se instale en este país, al que he amado mucho y donde he pasado más de 47 años de mi vida. A nuestra edad, miramos al pasado y entendemos el significado de nuestra peregrinación en esta tierra. En los sufrimientos del cuerpo y el dolor del alma y los fracasos, Dios nos condujo de la mano. La peregrinación continúa. Ante nosotros, el Cristo que lleva su cruz nos muestra el camino y al final brilla la luz pascual de la Resurrección. (10 de octubre de 1993)

Mi presencia aquí no es necesaria pero puede ser útil. El 31 de enero del 96, cumpliré 82 años, estoy enfermo, de corazón y pulmones, pero mientras haya un poco de luz, en un contexto difícil, me debo a los demás, así que no puedo abandonar Tibhirine. “Venga tu reino”. No hay que buscar lo que es «suyo». (Carta del 4 de diciembre de 1995)

Porque es un encuentro con Dios, la muerte no puede ser objeto de terror. La muerte es Dios. (Carta del 28 de mayo de 1995)

Perder la vida: Cristo no existe para sí mismo y por eso encontramos nuestra salvación existiendo para él; es decir, para sus hermanos que son también los nuestros. (8 de marzo de 1994)