Mientras hagamos de nuestra vida un objetivo en sí mismo, no hay razón para vivir, porque todo termina en la muerte. En Cristo descubrimos el sentido profundo de nuestra vida. Lo que Dios pide es que confiemos en Él y en Cristo. (Carta de enero de 1994)
Aquí hay confusión y violencia. Estamos en una situación de riesgo, pero persistimos en la fe y en la confianza en Dios. Caminamos con el Señor. Él nos indica el camino, por la pobreza, el fracaso y la muerte es por donde vamos hacia Dios. (Carta de abril de 1994)