¡La Paz esté con vosotros!

La Paz como un soplo nuevo que crea una RELACIÓN.

¡Recibid es ESPÍRITU SANTO! […]

El Espíritu Santo revela la PAZ como una RELACIÓN. LA PAZ que el Padre le da al Hijo, la PAZ que el Hijo encuentra al hacer la ALEGRÍA del Padre. La PAZ, que restaura la relación entre Dios y el hombre, la paz del FIAT de María a la sombra del Espíritu. La PAZ que restablece las relaciones entre todos los hombres - no hay mejor símbolo que entenderse - TODOS, judíos o paganos, un solo CUERPO de miembros diferentes, de idiomas que permanecen diferentes, pero que expresan el mismo mensaje, el mismo VERBO. 

UNA PAZ sin fronteras [...]: de Norte a Sur, de Este a Oeste. Esta primera asamblea de Pentecostés es el preludio de tantas otras. Se creía que el agua marcada en nuestras frentes [en nuestro bautismo] marcaría la frontera del Espíritu, como los ríos marcan las de los Estados... ¡y perdimos la PAZ!

Se ha perdido incluso dentro de la Iglesia, entre los cristianos... y la Palabra de Paz confiada a la Iglesia ya no logra imponerse en este concreto discordante de guerra y odios. Muéstranos tu Paz y nosotros manifestaremos que Espíritu eres.

El deseo del Espíritu es VIDA y PAZ. (Rm 8, 6)

La Paz, dejaré que se desborde sobre ti como un RÍO, como un mar, como un OCÉANO: no hay fronteras naturales sobre la extensión infinita del mar.

El INFIERNO, ahora dice FADI, el niño pequeño aterrorizado por las bombas: "Abouna dice que el infierno es donde no hay AMOR. Estamos en el infierno porque todo arde. ¡Y vamos a arder!" "NO", grita la hermanita, JOUMNA. Esto no es cierto. Amo a todo el mundo. Papá, Mamá y Abouna aman a todos. ¡Ves que no puede existir un infierno en nuestra casa, ya que amamos a TODOS!".

Y cuando la aldea está en ruinas y los padres están muertos, y los dos niños están refugiados en la iglesia, junto al altar. El niño rodea a su hermanita llorando: "No tengas miedo, puedes ver que no puede ser el infierno, ¡ya que nosotros nos AMAMOS!".

Los niños de KFAR SAMA, con todas las lágrimas secadas, todo miedo vencido, toda tristeza olvidada, rogaban con todo el corazón de Dios. Entonces FADI se dirige a su compañero de juego musulmán de quien un día se quiso separar y que ha estado matando: "un día revivirás por tu amor, mi amigo, mi hermano, a la VIDA que la guerra no puede herir. ¡Volveremos a tocar la flauta juntos…! Tocaremos las melodías del cielo, y nuestros cuerpos no tendrán más importancia, porque tú eres mi hermano y porque yo soy el tuyo, ¡ENTONCES el AMOR RECREARÁ el mundo!".

“Os he dicho estas cosas para que gracias a mí tengáis paz” (Jn 16, 34)

Hermano Christian, extractos de la homilía de Pentecostés, el 18 de mayo de 1986.
Homilía inspirada por la lectura del libro "Kfar Sama, village du Liban" del padre maronita Mansour Labaky. Es un mensaje de esperanza que narra le masacre de un pueblo libanés, el perdón de los supervivientes y la reconciliación de la comunidad.