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Comentario - Marie-Dominique Minassian

Imagen – Bernadette Lopez

 

 

    

Primera invitación

18 de febrero de 2018

Vivir lo más cerca posible de su corazón

El corazón da la inteligencia de toda situación. Es el lugar de la escucha desde lo alto, el lugar de la vida en todas las circunstancias. Lugar de verdad y de conversión permanente. En el fondo de nuestro corazón nos reconocemos profundamente amados por Dios, y nace el deseo de amar a nuestra 

“Por experiencia, sabemos que los pequeños gestos a menudo cuestan mucho, sobre todo cuando hay que repetirlos cada día… Le dimos nuestro corazón “al por mayor” a Dios, y nos cuesta mucho que él nos lo tome “al por menor”. Tomar un delantal como Jesús, puede ser tan grave y solemne como el don de la vida… y viceversa, dar su vida puede ser tan simple como tomar un delantal”.vez dando nuestra vida.

(Hermano Christian de Chergé, Homilía para el Jueves Santo 31/3/94, "L'invincible Espérance", 1997, Bayard Editions, p.228-22).

Jesús, sabiendo que el Padre le había puesto todo en su mano, y sabiendo que había venido de Dios y que a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una toalla (…) (Jn 13, 3-4)

 

Segunda invitación  

25 de febrero de 2018

 Desear y buscar la luz y la paz

Dios ha escogido comunicarse a sí mismo en Jesús, palabras y hechos. La lectura de la Biblia, la Palabra de Dios, es el pulmón de la vida cristiana. No está reservada a los monjes o a los religiosos. Es este contacto vital con Dios. Debemos convertirnos en familiares de la Palabra. A través de este contacto vital crece en nosotros el amor y la paz.

La paz es ante todo un don de Dios. Se nos entrega. No digamos que no existe, está allí. Simplemente hay que hacerla emerger: Paciencia (perseverancia, es lo mismo), Pobreza (no miseria...), en el sentido de "humildad", Presencia (está en el centro), Oración y Perdón... Pero Dios mismo es pobre, Dios mismo está presente, Dios mismo es oración…”.

(Hermano Christian de Chergé, 8.03.1996 "L'invincible Espérance", 1997, Bayard Editions, p. 317-318).

Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde está escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor” (Is 61,1-2). Enrolló el volumen, lo devolvió al sacristán y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él empezó a hablarles: -Hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido este pasaje. (Lc 4, 17-21)

 

Tercera invitación  

4 de marzo de 2018

 Discernir y oponer resistencia con nuestros medios

Nunca hay recetas hechas para vivir y amar. Ante las dificultades, se trata siempre de tomar el pulso de la vida, de discernir con otros el camino que hay que tomar, e identificar los medios de resistencia a nuestra disposición. Oración (dimensión vertical) y compartir (dimensión horizontal): formas pobres pero poderosas de mantener vivo el amor a pesar de las dificultades de la vida.

“Practicando mis servicios diarios (y esto me ayuda cada día), canto esta mañana dos pequeñas frases: "Oh Dios, tú eres nuestra esperanza en el rostro de todo viviente" y "¡Maravilla de tu gracia! Tú confías a los hombres los secretos del Padre"

(Hermano Célestin, 22.01.1996, "Jusqu'où suivre ? Les martyrs de l'Atlas", Dom Bernardo Olivera, Abad General de los Cistercienses, 1997, Cerf, p. 97).

Por aquel entonces se fue a la montaña a orar y se pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día llamo a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles (…) Al bajar Jesús del monte con ellos, se detuvo en un llano con un buen grupo de discípulos y una muchedumbre del pueblo, procedente de todo el país judío, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. (…) y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. (Lc 6, 12-13.17.19)

 

Cuarta invitación

11 de marzo de 2018

 Elegir lo que se nos impone

Es recuperar esta libertad que fue la de Jesús: «Nadie toma mi vida, yo la doy» (Jn 10,18). Existe lo que depende de nosotros y lo que no depende de nosotros. Lo que depende de nosotros es no sufrir los acontecimientos. Es una postura que consiste en abrazar la totalidad de la vida, sin apartar nada de ella, ni siquiera el drama y el absurdo del mal.

"¿Sabes que tengo el poder de matarte?", dijo el verdugo. Y el mártir tiene la siguiente respuesta: "¿Sabes que tengo el poder de ser asesinado?" Christian nos recordaba esas palabras de Etty. Destacando también la única raíz árabe para «elegir» y para el «bien» cuando el jefe le afirmaba: «No tenéis opción». Aquí está en juego tu libertad. Lo importante, decía Etty, no es sobrevivir a cualquier precio, sino el sentido que le das a tu vida.

(Hermano Christophe, « Le souffle du don », 13.03.1994)

Cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran, Jesús decidió irrevocablemente ir a Jerusalén. (Lc 9, 51)

 

Quinta invitación

18 de marzo de 2018

 Luchar contra el miedo y el aislamiento

No es nuestro primer movimiento en nuestras relaciones o cuando sufrimos. Al contrario. Todo nos impulsa a encajonar, juzgar, clasificar, esterilizar lo que nos sucede, lo que oímos o los encuentros que hacemos, porque a menudo tenemos miedo del camino por el que nos arrastraríamos. Hay otra manera de vivir que deja todas las cosas en suspenso en su corazón, como María, que no entiende lo que le sucede, pero que medita. Probablemente no había mucho que entender en el corazón en medio de esos oscuros años argelinos. Pero había una resistencia con la que vivir. Había el urgente y paciente trabajo de la fe, del amor y de la esperanza. No estamos llamados a comprender, sino a amar. Comprender es proporcionar las cosas a uno mismo. Amar es elevar, elevar la vida para que se desarrolle, abrir posibilidades.

“El miedo, es la falta de fe, la fe transforma la angustia en confianza. Entonces, ¿de qué y de quién podríamos tener miedo?... Somos como el pájaro en la rama, listos para volar a otros Cielos, nuevos Cielos y una nueva Tierra...”  (Hermano Luc, 12/7/94)

“¿Qué nos puede pasar? Ir hacia el Señor y sumergirnos en su ternura...” (Hermano Luc, 5/1/95)

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas atrancadas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró, se puso en medio y les dijo: ‑Paz con vosotros. Dicho esto, les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver Jesús repitió: ‑Paz con vosotros. Como el Padre me ha enviado, os envío yo también. A continuación sopló sobre ellos y les dijo: ‑Recibid Espíritu Santo. (Jn 20, 19 -22)

 

Sexta invitación

25 de marzo de 2018

Creer en la fraternidad, acoger la diferencia como una riqueza y un don, y atreverse a compartir la "buena noticia de la relación".

No es espontáneo, así que es para trabajar. Es elegir la vida e inyectarla dondequiera que se pueda, con una palabra, una sonrisa, una oración, un servicio... No tengamos miedo de compartir con los demás lo que nos habita profundamente. A menudo somos fríos al respecto. El hermano Roger de Taizé decía que no se debía hablar de Dios a menos que se nos hicieran preguntas, pero que teníamos que vivir de manera que nos hicieran preguntas.

“Mártir, es una palabra tan ambigua aquí… Si nos llega cualquier cosa – yo no lo deseo – queremos vivir aquí en solidaridad con todos estos argelinos y argelinas que ya han pagado con su vida, únicamente solidarios con todos estos desconocidos, inocentes… Me parece que Aquel que nos ayuda hoy a sostenernos es Aquel que nos llamó. Me quedo profundamente asombrado por esto”

(Hermano Michel, mayo 1994, "Jusqu'où suivre? Les martyrs de l'Atlas", Dom Bernardo Olivera, Abad General de los Cistercienses, 1997, Cerf, p. 136)

Leví le ofreció en su casa un gran banquete, y estaban recostados a la mesa con ellos un gran número de recaudadores y otra gente. Los fariseos y 1os letrados de su partido protestaban diciendo a los discípulos: -¿Se puede saber por qué coméis y bebéis con recaudadores y descreídos? (Lc 5, 29-30).

 

Séptima invitación 

25 de marzo de 2018

"Esperar contra toda esperanza (Rom 4, 18)

Es luchar contra el fatalismo ambiental. Inyectar apertura cuando todo parece sin salida. Es creer que Dios es verdaderamente el que quiere la vida en abundancia para todos y que confiando a él, en todo momento, la suya y la de los demás, puede producirse un exceso de vida: es la fuerza de la oración y de la intercesión. Es negarse a encerrar a otros en sus actos.

Evocando la noche de Navidad de 1993: el cara a cara con el asesino de los doce croatas vecinos diez días antes: “Hemos estado cara a cara. Ha presentado sus tres exigencias y en tres ocasiones he podido decir no, o «no de esta manera»; ha dicho bien: «no tenéis opción»; he dicho: «Si tengo elección.» No solo porque era el guardián de mis hermanos, sino también porque, de hecho, yo era el guardián de este hermano que estaba allí frente a mí y tenía que ser capaz de descubrir en él algo más que en lo que él se había convertido”.

(Hermano Christian de Chergé, "L'invincible Espérance", 1997, Bayard Editions, p. 309).

«… esta gente, este tipo, con el que he tenido este diálogo tan tenso, ¿qué oración puedo hacer por él? No puedo pedirle a Dios: "¡Mátalo!". Pero puedo pedir: desármalo. Después pensé: Tengo el derecho de pedir: desármalo, si no empiezo por pedir: desármame y desármanos - en comunidad. Esta es mi oración diaria, os la encomiendo sencillamente»

("L'invincible Espérance", Christian de Chergé, 1997, Bayard Editions, p. 314).

Entonces Jesús les dijo: -¡Qué torpes sois y qué lentos para creer lo que anunciaron los Profetas! ¿No tenía el Mesías que padecer todo eso para entrar en su gloria? Y comenzando por Moisés y siguiendo por los Profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Cerca ya de la aldea adónde iban hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo: -Quédate con nosotros, que está atardeciendo y el día va ya de caída. El entró para quedarse. Recostado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo ofreció. Se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. Entonces comentaron: -¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba por el camino, explicándonos las Escrituras? (Lc 24, 25 -32)