Nacido el 18 de enero de 1937 en Colmar (Haut-Rhin), entró en el monasterio del Atlas el 20 de agosto de 1969, siendo sacerdote (había sido ordenado el 21 de marzo de 1964). Hizo su noviciado en Aiguebelle y su profesión solemne en el Atlas el 1 de octubre de 1976. Era prior titular del Atlas desde 1984. Estudió en Roma de 1972 a 1974 y estaba muy comprometido en el diálogo interreligioso. Su Testamento, descubierto después de su muerte, pero redactado un año antes, ya está considerado como un clásico de la literatura religiosa moderna.

 “Sé que tengo solo este pequeño día de hoy para dárselo a Aquel que me llama para TODOS LOS DÍAS pero cómo decirle sí para siempre si no le doy este pequeño día… Dios tiene mil años para hacer un día; ¡yo tengo sólo un solo día para hacerlo eterno, y es hoy!” (Hermano Christian - Capítulo del 30 de enero de 1990)

Christian de Chergé nace el 18 de enero de 1937 en Colmar (Haut-Rhin). Es el segundo de una familia de ocho hermanos. Educado en la rectitud y la fidelidad por su padre militar y en la fe y la oración por su madre, "mi primera Iglesia", Christian comprende muy pronto (hacia los siete años) que quiere ser sacerdote.

Durante su infancia, a partir de octubre de 1942, pasa tres años en Argelia en Maison Carrée, en las afueras de Argel. Él dirá: “Es mi primer encuentro con otros con una fe diferente de la mía…”. En Paris, a partir de 1945, cursa sus estudios en Sainte Marie de Monceau, colegio regentado por los padres marianistas. Su vocación es alimentada durante este mismo periodo por el scoutismo, escuchando la Oración Scout, inspirada por San Ignacio de Loyola:

Señor Jesús, enséñanos a ser generosos, a servirte como Tú mereces, a dar sin medida…

El 6 de octubre de 1956, con 19 años, Christian entra en el Séminaire des Carmes de Paris. En 1958 debe interrumpir sus estudios en el seminario cuando su promoción es llamada a realizar el servicio militar. En julio de 1959, parte hacia Argelia como oficial SAS (Secciones Administrativas especializadas, cuya misión inmediata consiste en restablecer el contacto con la población y reactivar la Administración bajo todas sus formas). Se centra concretamente en el área de Tiaret con el Coronel Lalande.

Un acontecimiento ocurrido en aquella época será determinante para él, tanto en su amor por Argelia y los argelinos como en su apertura y su interés hacia los musulmanes. Christian traba amistad con Mohamed, un guarda rural musulmán de uno de los municipios administrados. “Tuve la inmensa suerte de poder trabajar con Mohamed, un hombre muy sencillo que era guarda rural… y fue la primera vez que pude, ya adulto, hablar de Dios tan fácilmente, con la clara conciencia de que él era musulmán y con la simple afirmación de que yo era cristiano".

Un día, se produce un enfrentamiento durante el cual Mohamed protege a su amigo e intenta pacificar a los agresores. "Era un hombre quien se negaba a escoger entre aquellos a los que llamaba sus hermanos y sus amigos". Es encontrado asesinado un domingo mientras sacaba agua de su pozo. Christian, algunos días antes, viendo a su amigo angustiado por las amenazas que pesaban sobre él, le había dicho: "Dios lo puede todo, voy a rezar por ti", y él había respondido: "Sí, gracias, pero, ya ves, es una pena, ¡los cristianos no saben orar!"

Christian seguirá marcado toda su vida por este episodio doloroso sobre el cual volverá unos años más tarde, en una homilía sobre El Martirio de la caridad (Jueves Santo, 31 de marzo de 1994): "No puedo olvidar a Mohamed que, un día, protegió mi vida exponiendo la suya... y que murió asesinado por sus hermanos porque se negaba a entregarles a sus amigos. No quería elegir entre unos y otros. Ubi caritas... Deus ibi est!"

Este drama fue para Christian de Chergé una experiencia precursora y una semilla de vocación: "En la sangre de este amigo, asesinado por no querer comprometerse con el odio", dirá en 1982, "Supe que mi llamada a seguir a Cristo debería vivirse, tarde o temprano, en el mismo país dónde me había sido dada esta prenda del amor más grande ‘qui pro vobis et pro multis effundetur’...".

A comienzos de 1961, Christian vuelve a Francia. Es ordenado sacerdote el 21 de marzo de 1964. Sobre su estampa de ordenación podemos leer: “Los niños piden pan y nadie se lo reparte” (Lamentaciones 4,4). Cuando Christian estaba bastante seguro de su vocación monástica en Argelia, Monseñor Veuillot, arzobispo de Paris, le pide que permanezca un tiempo en la diócesis de Paris. Así es como es nombrado capellán de la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre y director de la Escolanía de Montmartre. Debía permanecer allí hasta 1968. Monseñor Marty le pedirá que lo prolongue un año más.

El 20 de agosto de 1969, fiesta de san Bernardo de Clairvaux, entra en el noviciado del monasterio de Aiguebelle, pero su compromiso ya está en Argelia. El 15 de enero de 1971 llega a Notre-Dame del Atlas. El 26 de agosto de 1972, aunque todavía es profeso temporal, viaja a Roma para estudiar, durante dos años, la lengua y la cultura árabes así como la religión  musulmana, en el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de los Padres Blancos. Fueron años de profundización espiritual en la tradición religiosa musulmana. Él explicará: "Lo que me pareció importante fue aprender el idioma y frecuentar el Corán con un propósito muy especial... entrar en diálogo con nuestros vecinos si se presentaba la ocasión". Su curiosidad apasionada lo lleva a escrutar de manera contemplativa (como monje) el misterio de Argelia delante de Dios.

Hace su profesión monástica perpetua el 1 de octubre de 1976. En su petición redactada el 14 de septiembre de 1976, deja hablar  a su corazón: “Creo que ha llegado el momento de arraigarme más en el sentido de una llamada tenaz. (...) Experimento también el deseo de colocar el aumento de incertidumbre donde vivimos "hic et nunc" bajo la influencia de un aumento de confianza y de abandono. (...) Este monasterio es como la novia de mi elección, más imperfecta que mi sueño, ¡pero única en su realidad! (...) Deseo que mis hermanos "estables" del Atlas me admitan definitivamente entre ellos en el nombre de esta continuidad, dándome a vivir en la ORACIÓN, al servicio de la Iglesia de Argelia, a la escucha del alma musulmana, si agrada a Dios hasta el último don de mi muerte, ut in omnibus glorificetur Deus”.

En 1979, con el fin de probar su vocación, se va de ermitaño algunas semanas a Assekrem en las montañas de Hoggar a una casa del Padre de Foucauld.

Christian fue elegido prior titular de Atlas en 1984 y reelegido en 1990. Él fue uno de los pilares del grupo "Ribat es-Salam" (El Vínculo de la Paz) que se reunía en el monasterio desde el año 1979. El nombre del grupo no es extraño al texto de San Pablo: “Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz” (Ef 4,3).

Christian estaba también muy comprometido con el trabajo compartido entre los monjes y sus cuatro asociados del pueblo. Los llamaba “¡trabajos prácticos de esperanza!”. Era feliz porque dos de los socios compartían también el grupo Ribat, viviendo así “la doble exigencia” del trabajo y de la oración, el “ora et labora” de los monjes

De hecho, la meditación sobre el martirio (testimonio) acompañará a Christian los dos últimos años de su vida, tras las meditaciones sobre Cristo: El “martirio de la caridad”: Jueves Santo (31 de marzo de 1994); el “martirio de la inocencia”: Viernes Santo (1 de abril de 1994); el “martirio de la esperanza”: Vigilia Pascual (2/3 de abril de 1994); el “martirio del Espíritu Santo”: Pentecostés (22 de mayo de 1994); Oscuros testigos de una esperanza: en memoria de los primeros mártires de África (17 de julio de 1994). Finalmente aborda de nuevo el tema del martirio con estas palabras atribuidas a Thomas Becket: "El mártir no desea nada para sí mismo, ni siquiera la gloria de sufrir el martirio" (Día de Cuaresma, 8 de marzo de 1996).

Así como san Pablo trató durante toda su vida el comprender el lugar de Israel en el plan divino de la salvación, Christian meditó mucho sobre el lugar del Islam en el misterio salvífico de Dios. Los textos reunidos en L'invincible Espérance muestran el enriquecimiento que nutre a su fe cristiana el contacto con los musulmanes que conoce de la aldea. Marcado por el testimonio de Mohamed durante su servicio como oficial del ejército francés, deseaba profundizar esta relación con el Otro y con los otros a través de la oración. Se expresa como monje y como místico.

Nos ha dejado numerosos escritos, entre ellos su Testamento espiritual – “Cuando un A-Dios se vislumbra” – que fue redactado a finales de 1993. Aquel año, durante la noche de Navidad, un grupo del GIA invade el monasterio, intenta imponer sus exigencias bajo amenazas y acaba por retirarse cuando Christian le anuncia a su jefe, Sayah Attiyah, que la comunidad celebra la llegada del Príncipe de la Paz, Cristo.

Sus homilías y sus alocuciones en los Capítulos a la Comunidad de Tibhirine han sido publicados (recensiones en la página de Bibliografía).

Con seis hermanos de su comunidad, fue secuestrado durante la noche del 26 al 27 de marzo de 1996.