El Vínculo de la Paz vuelve a Tibhirine 19 años después de la última reunión del grupo Ribat Al-Salam (El Vínculo de la Paz) en el monasterio de Tibhirine, hemos vuelto allí. Éramos doce. Uno de nosotros ha comentado: como los apóstoles. Aunque el objetivo era regresar "únicamente esta vez", todos sentimos que nuestro lugar está en este lugar de Paz. Tibhirine no es un santuario para la nostalgia, sino un lugar de donde se vuelve cargado de vida, ¡una vida que no se puede encerrar en tumbas! Gracias a todos los que, diariamente y con abnegación, devuelven vida y futuro a este lugar.
Como en cada reunión tuvimos un tema que nos acompañó durante seis meses. Esta vez era “Luz de Dios inunda la tierra, visita nuestros corazones y permanece con nosotros”. Esta antífona se canta en la comunidad protestante de Grandchamps (que había tenido la amabilidad de enviarla en archivo MP3… ¡Cómo pueden ir de la mano el diálogo e Internet!). La hermana Renee, que descanse en paz, y la hermana Anne-Geneviève, han formado parte del Ribat durante muchos años y este tema nos ha ayudado a tenerlas presentes a las dos.
Esta antífona (y otras también) se cantaba para acompañar las intervenciones de los miembros del grupo. Estas intervenciones, el compartir, que son nuestra riqueza, no buscan ser «conferencias magistrales», sino testimoniar el modo en que Dios trabaja en nosotros mientras miramos a los demás, vivir. Porque la vida de unos y otros nos inspira, nos interpela, nos cambia, nos acerca a Dios y al amor.
El Ribat no es un grupo elitista. Quiere proponer, a los cristianos y a los musulmanes que lo deseen, dos citas anuales para intercambiar vivencias y pensamientos espiritualmente. Estamos arraigados en nuestras tradiciones, pero tenemos una mirada empática hacia el patrimonio espiritual de los otros.
Además del bello entorno de Tibhirine, disfrutamos de habitaciones bien calentadas y de una excelente cocina gracias al cónyuge de una participante del Ribat, que actuó como cocinero. ¡Una buena mesa ayuda a tener una buena experiencia espiritual!
“Dios es la luz de los cielos y de la tierra” (Corán 24, 35).
“Este es el mensaje que hemos escuchado de Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y no hay oscuridad en él” (Primera carta de San Juan 1,1).
Dos largos períodos de silencio y oración, preparados de antemano por cristianos o por musulmanes, nos han ayudado a sentir la necesidad de profundizar en nuestra vocación común.
Nos dimos cita a finales de octubre en el mismo lugar. Hasta entonces, vamos a meditar sobre: «María/Myriam, obediente a la llamada de Dios». Si están interesados, pónganse en contacto conmigo. ¡En cualquier caso, recen por nosotros!
José Maria Cantal, pb
Artículo publicado con la amable autorización de " Rencontres" boletín mensual de la diócesis de Argel.
Gracias al sitio http://www.monastere-tibhirine.org/ de donde se han extraído las fotos de arriba.