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Texto leído en la entrega del Premio Varenne a Nicolas Ballet, periodista de Le Progrès (Lyon)

Midelt (Marruecos), 10 de diciembre de 2011

Señor Ministro,
Señores representantes de la prensa,
Señores:

Buenos días,

Yo, el abajo firmante, Jean-Pierre Schumacher, monje del monasterio de Nuestra Señora del Atlas en Tibhirine, Argelia, ahora trasladado a Marruecos tras el secuestro y la muerte de siete de nosotros, me alegra deciros que, al saber por el señor Nicolas Ballet que le habéis concedido el premio Varenne de la prensa diaria regional por la investigación "Tibhirine: todos los caminos conducen a Lyon" ("Le Progrès", 26 de marzo de 2011) y por la entrevista que tuve con él ("El último superviviente testimonia", "Le Progrès", 21 de marzo de 2011), sentí mucha gratitud, al igual que mis hermanos del monasterio.

En efecto, cómo no ver en ello un reconocimiento casi oficial del mensaje que nuestra pequeña comunidad pudo ofrecer a la sociedad sin la menor intención por nuestra parte. Nos sentimos alentados por ello a proseguir en Midelt, donde estamos actualmente, y con esperanza, este modesto servicio de presencia monástica en medio musulmán, como lo vivíamos en Tibhirine. Como sabéis, los últimos años en Tibhirine - de 1993 a 1996 - fueron particularmente difíciles: por el peligro omnipresente de día y de noche. Aunque nos presionaban para que abandonáramos el lugar y nos mantuviéramos a salvo, habitaba en nosotros la conciencia de que nuestro deber era no abandonar nuestro puesto dejando a la gente del vecindario expuesta al peligro, que de hecho era el mismo que para nosotros. De modo que nuestro voto religioso de estabilidad adquirió una nueva dimensión, la de un compromiso de solidaridad con nuestros vecinos para bien o para mal, superando el miedo que en ciertos momentos nos visitaba.

Por otra parte, en relación a los dos partidos que se enfrentaban a muerte, habíamos decidido negarnos absolutamente a tomar posición por uno u otro, ya fuera el ejército o los grupos del GIA. Esperábamos que, al mostrarnos firmes y benévolos unos con otros, podríamos contribuir a acercar las posiciones de los demás hasta reconciliarnos y empezar a construir el país juntos en la concordia. Ser para todos instrumentos de Paz: llamábamos a la gente del maquis "hermanos de la montaña" y los del ejército "hermanos de la llanura". Parecíamos haber tenido algún éxito con Saya Attia cuando un grupo armado irrumpió en el monasterio en vísperas de Navidad de 1993; en realidad, esta esperanza y esta búsqueda tropezaron con la incomprensión; siete de nosotros fueron secuestrados como sabemos, y luego asesinados:

“Sept vies pour Dieu et pour l'Algérie” (Siete vidas por Dios y por Argelia)... Éste es el título del primer libro escrito por Bruno Chenu sobre este drama; en efecto, allí se expresa bien el sentido de sus vidas ofrecidas de antemano.

Gracias, señores, por todo el interés que nos manifestáis al reconocer el valor de su testimonio para los tiempos turbulentos que vivimos. Qué alegría para vosotros poder contribuir con vuestro trabajo de periodistas y, para nosotros, con nuestro trabajo de monjes, a difundir la Paz en el mundo.

Con mis cordiales saludos,

fr. Jean-Pierre Schumacher