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ENTREVISTA aparecida en el periódico SUD OUEST

Mártires en Argelia

RELIGIÓN - Diecinueve años después de la muerte de los monjes de Tibhirine, la Iglesia vislumbra beatificar a los 19 mártires. El padre Thomas lo explica.

«Sud Ouest»: Mientras el Medio Oriente está en llamas, ¿qué mensaje portan los 19 mártires de Argelia cuya causa de beatificación está a su cargo?

 

Padre Thomas Georgeon: Es difícil establecer un paralelismo entre la situación que condujo al asesinato de 19 religiosos en Argelia entre 1994 y 1996 y la actualidad dramática en el Medio Oriente: el contexto no es lo mismo, hay que evitar las simplificaciones. La presencia cristiana en Siria, Irak o Egipto se remonta al nacimiento del cristianismo y no se interrumpe en ningún momento. El mensaje de los 19 religiosos y religiosas, miembros de una Iglesia "huésped", es límpido: hay que profundizar más en el sentido de la presencia de la Iglesia, demostrar que una coexistencia fraternal y respetuosa es posible entre religiones. En el mundo musulmán, es el Evangelio de paz el que se anuncia y testimonia, pero no asumimos al otro: puede permanecer sordo y ciego frente a tal testimonio, como es el caso actualmente para las comunidades cristianas martirizadas del Medio Oriente. Este no fue el caso en Argelia, donde muchos musulmanes veneran a los 19 presuntos mártires.

«Sud Ouest»: En cuanto a los siete monjes de Tibhirine, ¿cómo puede su ejemplo ayudarnos a resistir la islamofobia y su instrumentalización mundial?

Padre Thomas Georgeon: Es una pregunta resbaladiza, porque la violencia actual, la ignorancia del otro, el comunitarismo son tales, que todo llevaría a creer que la salvación proviene de la islamofobia. Por otra parte, no hay que caer en el angelismo. Los hermanos de Tibhirine hicieron varias elecciones personales y comunitarias: vivir la vida monástica en un mundo musulmán (después de la independencia de Argelia y la salida de los cristianos); no dejarse instrumentalizar por las partes enfrentadas durante la guerra de los años 90; permanecer fieles a Cristo, a su llamada, a su arraigo en esa tierra, a sus vecinos que no tenían la opción de quedarse o marcharse. En fin, la opción de vivir la interculturalidad y la interreligiosidad de manera concreta. Estos hombres jamás soñaron con replegarse sobre ellos mismos. Cuando conocemos el peso de la retirada de identidad que acecha tanto en Occidente como en Oriente, podemos percibir mejor la fuerza de su ejemplo.

«Sud Ouest»: El diálogo interreligioso es el único camino propuesto por la Iglesia Católica en respuesta a la violencia y al fanatismo. ¿La muerte de los mártires verdaderamente es la semilla de la civilización del amor?

Padre Thomas Georgeon: Ha habido en la Iglesia, desde el Vaticano II, un esfuerzo sostenido para promover el diálogo islamo-cristiano. La dificultad es que no se puede hablar de un solo Islam sino de varios islams y, por este hecho, es difícil hacer un balance del diálogo. Asistimos, impotentes, al incremento del fanatismo y de la violencia anticristiana. La Iglesia no está en una lógica "expansionista" y "belicosa", ella predica el Evangelio. Los mártires son sembradores "lúcidos". Saben que todavía no tienen las palabras justas y desarrollan una espiritualidad de "vivir juntos" creando espacios de encuentro, afrontando los desafíos comunes, como le gustaba decir a Monseñor Claverie. Este "vivir juntos" traduce, en mi opinión, el verbo "permanecer" que uno encuentra a menudo en el Evangelio de Juan. En el sentido físico y espiritual, se encuentra allí la semilla de esta civilización del amor: una presencia, la manifestación de Cristo, una comunión.

Realizada por François Vayne en Roma

(1) El padre Thomas Georgeon, monje trapense, vive en Roma. Es el postulador de la causa de beatificación de los mártires de Argelia.